Más allá de determinar si va a llover, nevar o saldrá el sol, la meteorología tiene una importancia vital como ciencia. Su relevancia ha crecido en los últimos años debido a las alteraciones a largo plazo de las temperaturas, patrones de lluvias y sequías, ciclo solar y otros fenómenos relacionados con el cambio climático
Las variaciones físicas en la atmósfera, que ocurren en todas las escalas espaciales y temporales, tienen impactos significativos para muchas actividades de la gran familia humana. Por ello, la historia de la meteorología se remonta a los comienzos de la humanidad y los intentos por comprender el tiempo atmosférico y predecirlo, han quedado registrados entre los primeros testimonios escritos.
El estudio de los fenómenos atmosféricos permite la adaptación a los riesgos del clima y sus consecuencias; la protección de las personas, hogares, medios de subsistencia, empresas, infraestructuras y ecosistemas. Los sistemas de alerta temprana de desastres naturales, por ejemplo, salvan vidas y bienes materiales.
Específicamente, la meteorología es la ciencia que estudia los fenómenos que ocurren en la atmósfera de la Tierra y sus consecuencias. Además del pronóstico del tiempo, tarea que más suele asociarse con esta rama de la física, se ocupa de una gran diversidad de aspectos entre ellos, las alertas estratégicas del estado del tiempo y del clima (temperaturas, precipitaciones, la humedad, el viento, etc.).
También estudia los fenómenos diferenciados por sus escalas de tiempo. Estos pueden ser de muy corta duración, como la formación de torbellinos de diversos tamaños o la ocurrencia de rayos. Entre minutos y horas, por ejemplo, analiza la formación de las nubes o el desarrollo de tormentas severas. En la escala de los días, observa el desarrollo de frentes y fenómenos que posibilitan la caracterización de las condiciones de «tiempo» atmosférico en un lugar. Mientras que, en una escala de tiempo mayor, investiga la variabilidad atmosférica intraestacional e interanual.
Desde el punto de vista espacial, la meteorología se ocupa de analizar fenómenos a pequeña escala como el intercambio de vapor de agua entre las plantas y la atmósfera, que ocurre a nivel de las estomas de las hojas y plantas como un todo. A una escala espacial de cientos de metros o kilómetros, evalúa el riesgo de heladas o de disponibilidad de energía eólica.
Por otro lado, se ocupa de la observación, en una escala hemisférica, de las condiciones meteorológicas anómalas asociadas a fenómenos como El Niño y La Niña, que son perturbaciones en el comportamiento de la atmósfera.
Para hacer un análisis meteorológico, se recopila la información mediante las diferentes tecnologías e instrumentos de observación, y se arma una base de datos. Luego, mediante modelos de pronóstico meteorológico se examina la información. Esto permite precisar las condiciones del momento a diferentes niveles de la atmósfera, hasta llegar a la tropopausa. El boletín del pronóstico se elabora a partir de los distintos datos obtenidos y evaluados
En la meteorología, cada fenómeno se presenta de diferente manera, por lo que se analiza en detalle, tanto por separado como cuando interactúa con otro.
Los meteorólogos profesionales disponen de amplitud de herramientas y tecnologías para realizar su trabajo. Destacan entre éstas, las estaciones meteorológicas distribuidas en el mundo y que permiten realizar mapas meteorológicos detallados. A través de los satélites pueden observar lo que está ocurriendo en los lugares donde no hay estaciones, por ejemplo, en el mar. Existen otros medios para obtener información meteorológica, como son los globos meteorológicos y el radar meteorológicos que de igual forman aportan datos valiosos.
El barómetro, termómetro, pluviómetro, higrómetro, anemómetro, piranómetro, son los instrumentos meteorológicos más usados para los estudios que realizan los expertos en esta rama.
La mayoría de las actividades humanas se pueden ver afectadas por las condiciones atmosféricas. La meteorología permite procesar información sobre éstas, y generar datos importantes para tomar decisiones a partir de éstos.
Esta data es especialmente significativa para la seguridad e integridad de la población frente a una emergencia o desastre natural. La meteorología contribuye, por ejemplo, a la elaboración de estrategias y planes de mitigación y riesgo ante inundaciones en zonas vulnerables que ocurren como consecuencia de fuertes lluvias, deslaves y hundimientos, evitando pérdidas de vidas humanas y bienes materiales.
La meteorología aeronáutica, por otra parte, es usada para la planificación de las rutas y la prevención de accidentes. En cuanto a la agricultura, contribuye con la programación de siembras de temporal y la ubicación de zonas para la obtención de mejores cosechas.
Esta ciencia además favorece el aprovechamiento óptimo de los recursos naturales, tales como el sol y el viento para generar energía solar y eólica.
Fuente: Haiman El Troudi
Sensor Vital se compromete con sus clientes, a asegurar el buen funcionamiento, operatividad, generación y colección de data de buena calidad, en las estaciones automáticas de meteorología, calidad del aire, ruido, vibraciones, geotecnia, piezómetros e hidrometría, cuyas estaciones se encuentran en diferentes áreas de influencia.
El cliente contrató a Sensor Vital para la instalación de estaciones meteorológicas, solicitando en esta ocasión el mantenimiento preventivo de las mismas. Los mantenimientos principales se dieron a equipos como: paneles solares, sensores de velocidad y dirección de viento, sensor de radiación solar, pluviómetro, sensor de temperatura y humedad relativa del aire, entre otros. Adicional se realizó una verificación de los equipos y registros de datos para garantizar el correcto funcionamiento de cada una de las estaciones.
En función de la base de datos obtenida, de equipos y necesidades para cada cliente, se establece un ciclo de trabajo, que contendrá frecuencias de intervención en función de estos criterios:
Los clientes ven como beneficios importantes de entregar esta gestión a SensorVital los siguientes: