La minería verde se enfrenta a un doble reto: por un lado, reducir su huella ambiental y social a gran escala, y al mismo tiempo producir más, sobre todo minerales estratégicos precisamente para la transición sostenible. La tecnología es clave para lograrlo, además de integrar a las comunidades en los beneficios de los proyectos.
La minería con objetivos sostenibles consiste en: “desarrollar los recursos minerales y energéticos de un país, de manera que maximicen los beneficios económicos y sociales, al tiempo que minimizan los impactos ambientales”. Esta definición es del Gobierno de Australia, uno de los países más avanzados en la materia.
¿Qué impactos? En primer lugar, la emisión de gases de efecto invernadero debido al uso masivo de energía fósil. Según un informe de Weir Group, que recoge más de 40 estudios sectoriales, ese volumen alcanza el 3,5% de la energía global. También es un gran consumidor de recursos hídricos para los procesos industriales, incluido el transporte de roca pulverizada mezclada con agua en casos como la extracción de hierro. Amén de otras secuelas como la generación de residuos, la pérdida y degradación de terrenos, especialmente en explotaciones a cielo abierto, o los vertidos contaminantes en suelos y cauces.
Las soluciones para reducir esta huella medioambiental llevan años en desarrollo, a mayor o menor ritmo en función de los diferentes países, y tienden a acelerarlas las presiones legislativas, sociales, de los mercados inversores y los grandes pactos climáticos. Su impulso se basa además en “el fuerte componente de renovación tecnológica en la minería del siglo XXI”, de acuerdo con el estudio ‘2021, Minería verde, oportunidades y desafíos’, de la organización chilena Alta Ley, enfocada a la modernización del sector.
“El desafío no se refiere a si hay que tener más o menos minería —apunta Alta Ley—. Es claro que un mundo sostenible requiere más, el desafío radica en el tipo de minería que necesitan regiones, países y el planeta. El desafío es cómo se producirán las toneladas de mineral necesarias”.
De esta forma, la organización expone un cierto contrasentido. Por un lado, parte de la opinión pública tiende a rechazar actividades que implican una intervención a gran escala en la naturaleza, pero, por otro, una explotación más intensiva es imprescindible para sostener la transición energética y los objetivos sostenibles.
Los pasos de países productores para fomentar esa sostenibilidad apuntan a los grandes retos y por lo tanto a las soluciones prioritarias, por ejemplo, la ‘Política Nacional Minera’ (PNM) chilena o la ‘Visión de la Minería en el Perú al 2030’, junto con otros programas adoptados por países productores como Canadá y Australia. Estos destacan la inversión en tecnología de eficiencia energética para reducir la huella de carbono en todos los procesos, la gestión eficiente de los recursos hídricos, medidas de economía circular para residuos como escorias y estériles. También mejorar la gobernanza: transferir más impuestos desde el sector a las administraciones locales, la comunicación fluida entre el Estado, las empresas privadas y las comunidades para impulsar programas de desarrollo socioeconómico, planes de contingencia, agilizar las normativas ad hoc o regularizar la minería ilegal.
Fuente: BBVA
Por su parte, Sensor Vital considera clave el respaldo ciudadano a los proyectos y por tanto una buena política de marketing sobre sus beneficios sostenibles. Recomienda “mejorar la productividad y por lo tanto reducir el impacto mediante innovación y digitalización de procesos”, así como la asociación de empresas para compartir riesgos y aumentar la capacidad de reducir daños, potenciar las políticas ESG —ambientales, sociales y de gobernanza— y extenderlas a las cadenas de suministro y de valor.
El cliente solicitó la instalación de un taladro instrumentado principal y secundario en una Mina ubicada en la zona Nor-Oriental del Perú, de manera que su personal se capacite en los procedimientos utilizados para llevar a cabo esta instalación, y puedan realizarlo de igual manera para los taladros instrumentados restantes.
Se iniciaron todos los procesos preinstalación:
Cabe recalcar que la situación climatológica fue adversa, se presentaron lluvias permanentes y en dos ocasiones ALERTA ROJA; pese a las adversidades climatológicas toda la instrumentación necesaria fue colocada sin ningún inconveniente por el equipo de Sensor Vital.
El trabajo de relleno y extracción se realizó igualmente izando la línea de instrumentos colocada en el taladro, se logró rellenar la totalidad del taladro y extraer toda la tubería de perforación, sin daños ni complicaciones en la línea de sensores. Paralelamente, se iniciaron con los trabajos de preinstalación de todos los sensores del taladro principal, esto contempla:
Los diseños del taladro principal y taladro secundario son viables constructivamente, contando con el equipo y los materiales adecuados.
Se evidencia el compromiso puesto por el personal de campo del cliente para el desarrollo y aprendizaje de la metodología que se aplicó en la instalación de los dos primeros taladros, metodología que será aplicada en los trabajos de instalación de los taladros restantes.
Las condiciones climatológicas y las regulaciones de seguridad de la operación minera fueron determinantes en la cantidad de tiempo necesario para el desarrollo del proyecto.
Se pudo dar solución a todos los imprevistos, inconvenientes y requerimientos emergentes, logrando cumplir a cabalidad con todos los objetivos planteados para esta jornada de trabajo.